sábado, 18 de agosto de 2012

El amor y las coordenadas del discurso que hacen época


Exposición de Agustina Fernández




Ubicaremos tres momentos históricos:

- El amor cortés. Sus poetas, los trovadores y el tributo a la Dama.

Surge en plena Edad Media, un mundo regido por costumbres bárbaras, donde la mujer tenía lugar en tanto bien de intercambio social. Lacan ilustra la posición de la mujer en la sociedad feudal en su Seminario VII, a partir del relato de la historia de la condesa de comminges, hija de G de Mompellier.
En contradicción con su época histórica, el amor cortés en tanto convención social y literaria, muestra una concepción idealista del amor. Un amor refinado, sublime, que excluye el goce sexual. Se diferencia por contraste del amor villano que es supuestamente cópula y procreación.
Su erótica violentaba las formas sociales constituidas, entre ellas el matrimonio Los Señores Feudales utilizaban al matrimonio como negocio para anexar tierras, heredarlas, etc. En "El amor y occidente" Denis de Rougemont dice que el amor cortés nace como una reacción de la caballería contra la anarquía brutal de las costumbres feudales.
Era un amor caballeresco y noble, afectó a círculos de cortesanos y miembros de la nobleza, que ocupaban cierta posición en la sociedad.  

Los trovadores eran poetas y cantantes que residían en los palacios, en la corte. Crearon un nuevo género poético, la poesía cortés, escrita en lengua vulgar o romance y acompañada por música. Cantaban un amor ideal, noble y siempre desgraciado. El código de amor casi ritual era: mesura, servicio, proeza, larga espera, castidad, secreto y gracia. Los trovadores le cantaban su amor a una Dama, de quien muchos autores han observado parecían dirigirse a la misma persona.
La Dama se presenta como un objeto ambiguo, enigmático, despersonalizado. Lacan advierte que es un objeto enloquecedor, un partenaire inhumano. Jamás es calificada por sus virtudes reales, sabiduría, prudencia, pertinencia. Es arbitraria en sus exigencias, las pruebas de amor que impone y siempre dice no. Se asemeja a la cruela de los cuentos infantiles. 
El caballero enamorado se convierte en su vasallo. Es inaccesible, una barrera la rodea y aísla, potencias maléficas lauzengiers, los celos, los maldicientes. Los rodeos y obstáculos se muestran como las técnicas de un amor interruptus, donde el sexo queda postergado sin fecha. El caballero corteja a la Dama pero no se trata de un juego de seducción al servicio de concretar el encuentro amoroso.

Se trata de un amor secreto y adúltero. La Dama es de origen cortesano, generalmente casada con un noble o señor feudal. El poeta oculta el objeto de su amor, sustituye su nombre por una palabra clave Senhal o seudónimo poético.

El amor cortés al excluir el encuentro amoroso atesora y oculta que la historia no se sostiene.
En Sobre la mas generalizada degradación de la vida amorosa, Freud propone que: "… el valor psíquico de la necesidad de amor se hunde tan pronto como se le vuelve holgado satisfacerse. Hace falta un obstáculo para pulsionar a la libido hacia lo alto, y donde las resistencias naturales a la satisfacción no bastaron, los hombres de todos los tiempos interpusieron unas resistencias convencionales al goce del amor."

Los obstáculos que realzan el valor del objeto, a la vez, velan la imposibilidad de alcanzarlo.
En su Seminario XX, Lacan se refiere al truco que supone: "Una manera muy refinada de reemplazar la ausencia de relación sexual fingiendo que somos nosotros quienes ponemos un obstáculo en su camino".
En "El acoso de las fantasías" Zizek, respecto de esta dialéctica entre el deseo y la prohibición, propone que la dama del amor cortés tiene el lugar del cortocircuito, donde el objeto de deseo coincide magistralmente con aquello que impide alcanzarlo. En tal sentido, la prohibición no sólo realza el valor del objeto impidiendo su acceso, sino que eleva el objeto al nivel de la Cosa, del "agujero negro" alrededor del cual se organiza el deseo.


Algunas mujeres también pueden consagrarse al servicio de una dama. Tal, es el caso de la joven homosexual de Freud.
Breve referencia a Sobre la génesis de un caso de homosexualidad femenina. Una adolescente que cambia su orientación sexual en esa época de su vida. Se desinteresa repentinamente de un niño pequeño con quien mantenía un fuerte lazo afectivo (en un rol materno según Freud) y se dedica a cortejar a una mujer algo mayor que ella y de no buena reputación. Freud explica que esto ocurre tras sufrir una decepción amorosa de su padre, quien le ha dado a su madre un nuevo hijo (hermano de la joven), cuando la muchacha esperaba se lo hubiera dado a ella. La joven en su comportamiento para con su Dama le demuestra a su padre cómo se ama a una mujer, incluso llega a tirarse desde un puente de ferrocarril cuando su amada se desentiende de ella. Este acto, ante los ojos de su padre tomado de testigo.


- El preciosismo francés. Las preciosas, la literatura y la vida de salón. La Carte du tendre.

El preciosismo, movimiento social y cultural que se ubica en la  primera mitad del siglo XVII.
Las Preciosas era mujeres ilustradas secretamente, en esa época el conocimiento les estaba prohibido. Se reunían en salones literarios, tanto en París como en provincias. La Academia Francesa en sus comienzos fue un salón de preciosos.
Las preciosas le dedicaban tertulias al amor, lo analizaban con insistencia y minucia, estudiando su nacimiento y su progreso, también las formas con él vinculadas: la rivalidad, los celos, los malentendidos, las reconciliaciones, etc.
Proponían no entregarse al él de cualquier modo, separarlo de la sensualidad y la pasión. Consideraban que la pasión alteraba el espíritu y, por eso, el mérito consistía en  amar tiernamente a sus amantes. No se trataba de castidad por una cuestión moral sino para darse valor. Consiguieron que se llamara preciosas a las damas que, elevándose por encima de lo vulgar por sus costumbres, su saber estar y la pureza del lenguaje, tenían el poder desde sus salones, de dar precio o valor a todo aquello que aceptaban.
Promovieron que los hombres se comporten a la altura que ellas exijan, con galantería y gesto para ganarse el aprecio, la admiración y el respeto de la mujer.
Hablaban con preciosismos, valoraban la justesse del término, que se diga con precisión lo que se quiere expresar. Enriquecieron la lengua con palabras y frases.

Madeleine de Scudery, la Reina de las Preciosas, tuvo abierto su salón en la década del auge del Preciosismo en París, de 1650 a 1660. Fue la primera mujer que entró en La Academia francesa. Los testimonios acerca de su vida amorosa son ambiguos, repudiaba militantemente el matrimonio, algunos dicen que se conservó virgen durante los casi cien años que vivió.
Procede de la baja nobleza de provincias, quedo huérfana muy joven y fue educada por un tío, recibiendo una instrucción muy sólida. Hablaba español e italiano, leía griego y latino. Concluyo su formación frecuentando el salón más conocido de París, "la habitación azul" de la Marquesa de Rambouillet.
Durante los años en que su salón permaneció abierto publica su novela Clelia que es leída por los concurrentes a las reuniones. Para entonces es ya la Reina de las Preciosas y recibe visitas de extranjeros que quieren conocer el mundo civilizado parisino.

El Mapa de la Ternura, incluido en el primer volumen de Clelia, es una alegoría geográfica del camino que conduce al verdadero amor. Representación topográfica donde el amante encuentre el camino a su dama (desde la ciudad Nueva Amistad) entre muchas pruebas y peligros (los mares de la Enemistad, el lago de la Indiferencia). Recorrido por tres grandes ríos (Estima, Reconocimiento, Inclinación), sembrado de ciudades (Estima Amorosa, Reconocimiento Amoroso, Inclinación Amorosa) y de aldeas (Bellos Versos, Generosidad, Corazón Grande, Dulce Misiva, Sensibilidad/Negligencia, Olvido, Perfidia, Orgullo).
El detalle de llamar Tierra Desconocida el punto de llegada del viaje alegórico del Amor, un lugar común con La Dama de los trovadores, siempre inalcanzable.

Las Preciosas proponen que la mujer debe ser amada de un modo particular, dan lecciones a los hombres acerca del amor, del verdadero amor, de cómo amar a una mujer y, a su vez, la sociedad, el público a quien se dirigen se propone como testigo invisible.


- La tiranía del tiempo, una marca de la época. El lazo de amor y la sexualidad. Lo transitorio y la velocidad. La máquina, el consumo.

En el último siglo se ha operado una fuerte transformación de las relaciones sociales, cuyos efectos aún vislumbramos. Consideremos al amor contemporáneo intrincado en estas transformaciones epocales, con un incremento e imbricación de la tecnología en la vida cotidiana.
Podemos ubicar en la época dos dimensiones del tiempo en oposición y alternancia: el tiempo acelerado que se presenta discursivamente como “no tengo tiempo” y el tiempo detenido en la forma “me tomo el tiempo”.

Desde la sociología, la filosofía, el psicoanálisis y un poco de literatura, algunas notas para pensar, interrogarnos

En Amor liquido, Zygmunt Bauman propone que “el habitante de nuestra moderna sociedad líquida” es un hombre sin vínculos. La modernidad líquida muestra “una extraña fragilidad en los vínculos humanos”. Considera que las relaciones humanas se han constituido en un tema en sí mismo y que ha sido ubicado en el centro de atención. A su criterio, una relación significa el placer de la unión y, a la vez, el horror del encierro. Actualmente se habla de conectarse, estar conectado, más que de relacionarse, de redes en lugar de pareja. La pareja resalta el compromiso mientras que la red es una matriz que conecta y desconecta a la vez, donde conectarse y desconectarse es una elección, es de fácil acceso y salida.
Entiende que “cuando se patina sobre hielo fino la salvación es la velocidad”, cuando la calidad del vínculo no da sostén, se busca pasar veloz, seguir en movimiento.
Nos advierte que “la definición romántica del amor hasta que la muerte nos separe ha pasado de moda. Los estandares del amor hoy son más bajos. Hay abundancia y disponibilidad de experiencias amorosas”. Podríamos preguntarnos si se trata de experiencias amorosas, si se trata de experiencia sexual sin experiencia amorosa, si podemos diferenciar la sexualidad del amor.

La cultura del consumo es partidaria de los productos listos para uso inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no requieran de esfuerzos prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra todo riesgo y las garantías de devolución del dinero. Desde esta lógica el tiempo para el amor, para el rodeo es inútil, es pérdida. El amor implica una demora de la satisfacción que es un sacrificio aborrecido en un mundo entregado a la velocidad y la aceleración.
Argumenta, este autor, que comprometerse en una relación a largo plazo es una espada de doble filo. En la moderna era líquida las relaciones al igual que la adquisición y cuidado de los bienes externos deben pesar sobre los hombros como un abrigo ligero que puede dejarse de lado en cualquier momento.

En su conferencia sobre “El amor y el psicoanálisis”, Alan Badieu sostiene que el amor es una de las grandes pasiones de la existencia junto con la política. Es un tema de contradicción entre la filosofía y el psicoanálisis. Para la filosofía el amor es por la verdad. Para el psicoanálisis no hay amor por la verdad, éste se interesa por la relación entre amor y deseo.
Parte de un lugar común: el amor es una experiencia del dos, un paso del uno al dos. Clasifica las teorías del amor a partir de la idea del pasaje del uno al dos y ubica tres posiciones:
1. El dos es uno y uno. La suma de dos soledades, es una ficción de una relación. El amor es un engaño, una decepción, lo único real es la relación sexual. Tesis clásica, pesimista.
2. El dos se convierte en uno. Amor como fusión, deshace la diferencia entre ambos sujetos. Teoría romántica, fusional.
3. El dos está destinado al tres, el amor sobrepasa el uno y el dos. La creación de la familia, el hijo como tercer término. Teoría familiar reproductiva.

Somos los contemporáneos de una transformación de las figuras sexuadas de la sociedad, tenemos otra visión de la diferencia de los sexos, incluso de la diferencia, de la pareja. Las tres concepciones descriptas están en crisis. Toma a A. Rimbaud “el amor debe ser reinventado”.
Propone una cuarta concepción: El amor es transformación del dos, es el pasaje de un dos pasivo a un dos creador. Pasaje del uno a uno al dos. Ese pasaje comienza por un acontecimiento. Dice: “todo amor es un encuentro y ese encuentro es el acontecimiento inicial de todo amor, cuando alguien se enamora”. El encuentro es un acontecimiento. Cuando el amor es declarado el dos entra en lo simbólico, cuando es nombrado, es el nacimiento del dos en lo simbólico.
No tiene que ver con la posición sexual. El amor es la experiencia de la diferencia en el mundo. Experiencia prolongada, difícil y frágil. Lo que amenaza al amor es la tentación del uno. El amor en su propia duración, no es un instante maravilloso, no es un comienzo seguido de una decepción, es una construcción en el tiempo. Es la invención de la temporalidad del dos. Toda esa experiencia fracasa cuando el dos vuelve a caer en el uno y uno. El amor es una exigencia porque es duración. La crisis del amor es cuando se desajusta la temporalidad amorosa.
En “La maldición sobre el sexo. Amores sin modelos”, Collettte Soler sostiene el discurso actual tiene la característica de no cubrir más la hiancia de la relación sexual. A pesar del universal de la no relación sexual, según las épocas, el discurso responde a esa hiancia cubriéndola o no.

En nuestro siglo el matrimonio como lazo social tiene como razón de ser el amor, lo cual  constituye una novedad, los así llamados matrimonios por amor son bastante recientes en la historia.
Según la autora, las figuras del amor en nuestro siglo han decaído, ya no tenemos mitos del amor, amores míticos paradigmáticos, que se produjeron en el pasado
- el amor homosexual a la antigua que es un paradigma, una figura que une al hombre maduro y el adolescente, una relación también educativa, pedagógica, iniciática.
- el amor cortés, esa gran invención de la literatura de una época
- el amor precioso, de las Preciosas, ambos aplazan el encuentro final.
Propongo sostener la pregunta ¿por qué el siglo no es favorable a los mitos del amor? Aún cuando la autora responda por un efecto de esquizofrenización. La ciencia y las producciones de objetos de la técnica cautivan una parte de la libido, a la que embaucan sin satisfacerla, y ocupan el lugar de la ausencia de relación, como pobres paliativos. En la actualidad tenemos un mercado de imágenes en tanto status de semblantes.
Ya no tenemos paradigma del ideal del amor, tenemos amores en plural, amores sin modelos, algo nuevo en la historia.

En este contexto, propongo leer algunos fragmentos de la novela “La lentitud” de Milan Kundera, de las muchas líneas posibles que este texto nos ofrece generosamente, puntuaría aquí, aquel diálogo imposible entre el caballero del S XVIII que viaja en carruaje tirado por caballos y que se abandona a los recuerdos de sensaciones, olores, imágenes de la noche de amor vivida, y el motociclista del S XX fascinado y entregado al éxtasis de la velocidad de la máquina que lo desconecta de la percepción de su propio cuerpo y la temporalidad, que se propone olvidar lo antes posible.


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