domingo, 13 de mayo de 2012

COMENTARIO DE LA PELICULA “ATRAPADO EN EL TIEMPO” Lic. Teresa Zaefferer





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Groundhog day (Atrapado en el tiempo en España y Hechizo del tiempo o El día de la marmota en Hispanoamérica) es una película dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Bill Murray. Estrenada en 1993






COMENTARIO
“Hechizo del tiempo”, “Día de la marmota” en incesante repetición. El tiempo se detuvo, el reloj se paró, imágenes oníricas que se repiten una y otra vez.
Del dormir
Las películas  representan maravillosamente el modelo de  aparato psíquico  descripto por Freud en el cap VII de la Interpretación de los  sueños: regresión de pensamientos en imágenes con el modo de   funcionamiento  propio del inconsciente: condensaciones, desplazamientos, atemporalidad.
“El hombre al irse a dormir se despoja de los envoltorios que han cubierto su piel”.(Freud, T XIV, pag 221…).” Se desviste también de su psiquismo de la vigilia apartándose de los estímulos externos. El estado de dormir reproduce el narcisismo primitivo. La dinámica cinematográfica se asemeja al soñar: regresión en imágenes que se proyectan en una pantalla  percibidas  por una consciencia “que despierta y las ilumina” bajo la condición  de aislamiento  de los estímulos externos. Tanto en el cine como en el sueño se sostiene la ilusión de detención del tiempo real.
 “Atrapado en el tiempo” parece un sueño del que no se puede desertar: el atrapamiento en una pesadilla. Jorge Luis Borges en “Siete noches” describe la pesadilla (la pesadez) como una sensación de horror, de opresión  repetida en idéntica topografía. Causada por un demonio opresor.  Los laberintos infinitos con puertas y ventanas de espejos tan propios de Borges hablan de la circularidad: el sin salida pues uno se encuentra con su propio reflejo. En esta historia hablaremos de  encierros, sombras, reflejos, que repiten en idéntica   escenografía.
Al igual que la elaboración secundaria de un sueño, el intento de relatar, de poner en palabras  estas  imágenes tal vez nos permita ordenar lo que allí se despliega. Contar una historia es generar una secuencia temporal, intentando  articular una serie de actos aparentemente sin sentido en una trama que involucra a un sujeto: en este caso Phil Connors.
La historia
 Phil Connors  es un relator meteorológico de un noticiero. Es presentado como un hombre hosco, distante, un poco arrogante.
La primera escena es por demás elocuente: el protagonista, medio marmota,  aparece  haciendo morisquetas frente a una  plana y desprovista pantalla azul, en la que se proyectan imágenes del clima. En sus aspectos obsesivos cumple con el ideal y se siente orgulloso de eso, pero sin contacto afectivo, aislado y quejoso. Sabemos que el obsesivo no vive la vida, sino que construye un sistema para no sentir, un sistema de control de los objetos, de sí mismo, de la naturaleza. Sosteniendo una impostura, Phil cree será elegido para un mejor puesto. A pesar de su fastidio, ve a Rita su productora, algo lo conmueve pero inmediatamente se repone y continúa protestando.

Los últimos años es enviado, pese a su voluntad a cubrir en otra  ciudad  “el día de la marmota”, método folclórico utilizado en algunas ciudades agrícolas para predecir el fin del invierno y el comienzo de la primavera. Celebración que se lleva a cabo todos los 2 de febrero: en esa fecha la marmota es sacada de su sueño invernal y sobre ella recae la decisión del comienzo del la primavera. Si cuando el animal despierta el día es medianamente soleado y se proyecta su sombra éste se asusta y se repliega nuevamente, hasta 6 o 7 semanas después (coincidiendo con el 21 de marzo).
Connors realiza este viaje junto a Rita,  y a un camarógrafo. Se muestra molesto y aburrido por realizar este trabajo, no acepta estar con sus compañeros considerándose merecedor de otro destino.
 El 2 de febrero  despierta con la música de un programa radial, a las 6.00 hs, se viste, pasa por el desayunador del hotel donde  asegura con certeza del 100% que ese día partirá. Omnipotencia obsesiva en el control de los objetos. Acude a la plaza en la que realizará el  evento cuyo desenlace es el esperado: Phil (la marmota) determina que no comienza la primavera.
Las predicciones de Phil (el meteorólogo) fallan, su sistema de control obsesivo no funciona. Se avisora en el pueblo una tormenta de nieve. Connors se muestra resistente pero debe quedarse a pasar una noche más. Rechaza  la invitación de sus compañeros de trabajo mostrando orgulloso su desapego. El es diferente a los demás.
Del Narcisismo
Phil, como la marmota, está dormido. Se lo muestra arrogante y quejoso. Adjudicando al destino los infortunios de su vida. Tal como describe Freud en los excepcionales, sostiene la injusticia que con él se ha cometido. Espera un resarcimiento por la afrenta narcisista de la que se siente objeto, un ataque al amor propio. Ensimismado en su queja no se conecta con nadie. Su modo de funcionamiento refractario al estímulo externo lo transforma en una persona desagradable. No quiere reconocer ni conectarse con ningún estímulo, la prohibición imposibilita la satisfacción con el objeto. Phil, es una marmota. Tal como sostiene Freud “el neurótico hace, en nuestro tiempo, las veces de convento al que solían retirarse antaño todas las persona desengañadas de la vida o que se sentían demasiado débiles para afrontarla”(Freud, “Cinco conferencias sobre el psicoanálisis”, T.XI, pag 46)
La marmota en nuestra cultura alude al dormido, desconectado, tonto. La marmota hiberna, replegada en su cueva, aislada en un sueño profundo. Sosteniendo la ilusión de no necesitar nada. Como las células germinales, descriptas por Freud en “Mas alla ppio placer” que se comportan de manera narcisista: guardan su libido para sí mismas en calidad de reserva.  Phil no quiere gastar, ni perder nada, lo quiere reservar todo, hasta retener el paso del tiempo.
 Dice Freud en “La transitoriedad” “El valor de la transitoriedad es la escasez en el tiempo. La restricción  en la posibilidad de goce la torna mas apreciable” (1916[1915], pag 309) la pérdida y el dolor generan la desvalorización de lo bello y su menosprecio. Phil desprecia al objeto pues  éste incluye la posibilidad de su pérdida.
De la repetición
Suena la misma música del mismo programa radial, son las 6.00.
Comienza la pesadilla, Phil se despierta pero algo lo sorprende: todo es idéntico al día anterior, se repite el mismo guión: el huésped del hotel que se cruza en la escalera, el desayunador y la mucama del hotel,  el encuentro casual con un amigo adulador de la escuela que se le acerca a pesar de la distancia fóbica que Phil intenta sostener, el indigente que pide dinero, y la plaza del tan esperando evento popular. Quiere evitar el contacto.
“Imposible que termine el invierno mientras el sr marmota vea su sombra”. Dice Phil
Si la marmota  despierta y la luz proyecta su propia sombre se asusta  retorna a su estado de hibernación: sigue durmiendo.  El despertar de las excitaciones pulsionales (libidinales y agresivas) dormidas amenaza desde dentro, el mecanismo más primitivo para defenderse de ellas es tratarlas como si viniesen de afuera, es decir la proyección. Es la defensa la que lo proyecta fuera de sí convirtiendo lo interno amenazante en externo y perseguidor. En lo ominoso: la propia sombra aparece como lo desconocido,  remite a algo antiguo, propio que se enajena por efecto de la represión, desde donde retorna disfrazado.
Quizás algo amenazante despertó en él cuando vio a Rita, la imposibilidad de avanzar lo hizo replegar y defenderse.
Phil no se reconoce,  esto le  sucede mas allá de él.  En palabras de Freud,  “ ha dejado de ser amo en su propia casa”. (“Una dificultad del psicoanálisis”, 1917, pag…) Tal vez nosotros podamos reconocer  las diferentes versiones de esa repetición y encontrar en ellas algún  sentido que lo involucre.
Los diferentes personajes parecen ser desdoblamientos de Phil. Aspectos rechazados y proyectados,  no reconocidos como propios: sus dobles.
Representará el viejo la propia vulnerabilidad y dependencia que Phil se empeña en desconocer? O ¿el temido paso del tiempo? Tal vez Phil sea también  aquel mentiroso vendedor que sostiene la ilusión narcisista de tener asegurada la vida. ¿Qué le reclaman? Tampoco tolera ser Phil aquel cordial huésped del hotel, dispuesto a un encuentro tal vez temido.
Rasgos todos que  retornan desde lo reprimido. Frente a la amenaza de castración, Phil quiere sacárselos de encima: les pega, los empuja, pero retornan, insisten a pesar  de él.  Modos sintomáticos, retorno de lo reprimido que incluye tanto aquello anhelado como prohibido.
Alguna verdad de Phil deben portar, algo intolerable vienen a decirle, saben de él más que él mismo; como el superyó que sabe más del yo que el yo mismo. Una deuda parece que vienen a cobrarse. Repetición tan inevitable como pisar el mismo charco con el mismo pié.  Las burlas del destino, son en  realidad,  la representación de las imposiciones tiránicas de un superyó cruel y despiadado frente a un sujeto pasivo y sometido. Si en el repetir no se encuentran diferencias, no hay subjetivación y por ende temporalidad.
 “Phil como la marmota” , le dicen los borrachos anónimos con quienes se encuentra quienes riendo continúan: “ten cuidado de tu propia sombra” Parece que éstos algo sabían.
Siguiendo a Freud, la compulsión a la repetición es entendida como una característica universal de las pulsiones de retornar a un estado anterior. Modo de funcionamiento propio del inconsciente, buscando la identidad de percepción, la repetición de lo idéntico. La fijeza de la repetición es una muestra de la pulsión de muerte que insiste muda. Esta falta de movilidad, propia de la retracción narcisista,  es el obstáculo para el hallazgo y reconocimiento del objeto.
 Los niños piden la repetición del mismo cuento, algo los alivia dice Freud. Phil querría revivir aquel placentero recuerdo en las islas vírgenes. Sin embargo aquí no hay elección.
Cuando la insistencia se impone la repetición es vivida más allá del placer.
Esta compulsión a la repetición demoníaca  empecinada en marcar lo inevitable de un destino es algo que le pertenece, aunque se disfrace de ajenidad. Al no  registrar diferencia no permite establecer la temporalidad, es pura actuación. El desconcierto inicial de Phil va dando lugar al enojo para  terminar desenmascarando la angustia. Lo mismo ocurre con nosotros los espectadores: al principio nos genera gracia, luego fastidio hasta desembocar en una molestia angustiante, lo siniestro también se nos aparece.  Necesitamos construir un sentido que permita romper la cadena automática de repetición.

Phil, en un principio quiere aprovechar esta mala jugada del destino, pues aún no se reconoce como  parte de esta historia. Tratando de hacer uso de lo que sabe que ocurrirá roba, juega al límite, sosteniendo la ilusión maníaca de que “si no hubiera un mañana podríamos hacer lo que quisiéramos”. Se entrega casi adolescentemente a la actuación.
Sometido a un superyó (en tanto caldo de cultivo de la pulsión de muerte) que lo lanza al goce indiscriminado creyendo que de este modo se libera de la dependencia del objeto, triunfo maníaco como intento de eludir la amenaza de castración.

 “no voy a seguir según las reglas de otros”, dice eludiendo su responsabilidad en tanto sujeto deseante, se aliena en un destino del que se cree víctima
La muerte, no puede hacer tope a la repetición, Phil atormentado intenta infructuosamente suicidarse. Lo hace de  un modo mágico para así  evitar el paso del tiempo, de no rozarla.  Este  coqueteo  con la muerte sostiene la duda constante de estar vivo: una verdadera  pesadilla.
Del despertar
Comienza el despertar: Phil se detiene frente al charco, piensa y decide no volver a meter su pié en él.
Es justamente el momento de quiebre, de aparición de la angustia y la necesidad de ligarla, de encontrar un sentido, aquello que marca el comienzo de algo diferente, lo que permite salir del infortunio del destino para convertirse en hacedor de la propia historia. Este es el trabajo de la interpretación.
En esa insistencia de repetición que  intenta  frenar, va descubriendo y reconociendo su interés por  Rita. En un principio sólo quiere atraparla, pero sin correr riesgos, haciendo uso de lo que ya sabe que ocurrirá. 
Tal como sostiene Freud, la contracara del narcisismo es el amor de objeto. El reconocimiento de la alteridad, de lo diferente y también de lo idéntico.
Rita lo despierta. En un comienzo solo quiere conquistarla, cree que le pertenece,  quiere repetir con ella el mismo guión conocido. La necesita, en la versión narcisista del enamoramiento: como imagen especular y ficción de completud. En su modo obsesivo sin correr riesgos, cree que debe responder a las demandas de Rita, a lo que ella dice desear. Pero no se juega y eso se nota. Para seducirla apela a la formalidad, él no está presente allí. Rita lo rechaza, lo abofetea enojada pues descubre su impostura y falta de deseo amoroso. Phil no sabe de qué se trata el encuentro amoroso, está atrincherado en su bastión narcisista. Quiere responder exactamente a la demanda de ella, pero él no está allí
esto es el amor para vos?” llega a decirle Rita, le muestra que él solo se quiere a si mismo
De la muerte
Tal como sostiene Camus en el mito de Sisifo, la tragedia comienza cuando el héroe lo hace consciente, “Edipo obedece primeramente al destino pero su tragedia comienza en el momento que sabe”,  Sisifo crea su propio destino “bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte” Muerte/memoria/tiempo.
Pero algo  ocurre, Phil “embriagado” de su propia omnipotencia se enfrenta  cara a cara con la muerte, en un momento inesperado. Encuentra al indigente moribundo, quiere salvarlo, está seguro que siendo un “casi dios” no va permitir que ello suceda. Hasta ahora  había coqueteado con la muerte, como una burla para eludirla. Pero el hombre viejo muere. ¿Muere un padre? . En el viejo Phil ve reflejado el paso del tiempo, se le anticipa su propia muerte. Hasta ahí negaba que el viejo era el espejo desde donde retorna el futuro, el que ya no puede ser eludido.
 La expresión de la cara de Phil cambia: la  angustia se hace sentir .La muerte real, la pérdida, aparece en el horizonte como una marca, un trazo que hace que el tiempo no sea eterno. Mejor dicho que comience a correr el tiempo, el que ya no puede asegurarse.
Era viejo, le llegó su hora” le dice la enfermera  y agrega: “A veces la gente simplemente muere
Pero no hoy”, contesta Phil angustiado. Abatido, reconociendo la imposibilidad de controlar el momento de morir.
Del amor y la transferencia
Rita vivo el mismo día….necesito ayuda”
Palabras que comienzan a sonar. Aunque aún sigue creyendo en lo implacable del destino. Phil no puede reconocer que el sometimiento es interno
 Phil “le relata” a Rita lo que le sucede, necesita contarlo, incluir a otro, hacerlo con otro. Ella  se ofrece a acompañarlo, lo escucha, lo aloja amorosamente y le propone encontrar un sentido a lo que le pasa. Relatar es contar una historia, incluir el tiempo. Historizar es encontrar que hay algo de diferente en la repetición, salir del eterno presente indicativo.
Tal como sucede en amor de transferencia, el repetir se transforma en un recordar. La transferencia  escenifica la repetición y se le da un nuevo sentido. Hay un intérprete. Es justamente esta reelaboración la que permite la salida de la inercia psíquica propia de la compulsión tanática. Dice Freud “el principal recurso para domeñar la compulsión a la repetición del paciente y transformarla en un motivo para el recordar, reside en el manejo de la transferencia”(“Recuerdo repetición y reelaboración”, 1914, pag. 156)
Dice Phil “Cualquier cosa diferente es buena
La salida de su cautiverio, refractario a todo estimulo le abre las puertas de la satisfacción. Poder tolerar  la diferencia, el ritmo. Siguiendo a Freud, después de la conceptualización de la pulsión de muerte, el rechazo al estimulo será explicado  por el principio de nirvana, pulsión de muerte. El placer aparecerá, entonces,  ligado al reconocimiento del ritmo, de la diferencia y no de la pura descarga pulsional.(Freud, “El problema económico del masoquismo, 1924)
Invierno, primavera, verano, otoño ciclo de vida imposible de detener, ciclo que se replica para Freud en la sexualidad humana (y también en la filogenia). La pretensión de frenar el tiempo es una ficción propia del narcisismo  cuyo mayor triunfo podría pensarse que sería quedar congelado, atrapado en el tiempo.
“Eres hermosa… conozco tu rostro tan bien….” “Soy feliz ahora porque te amo. No importa lo que suceda mañana” Puede decirle al final de esta historia.
Dejan de ser los tiempos de la repetición mortífera, son los tiempos de la transferencia y del amor. El amor marca el comienzo del despertar y de la vida.
Suena el despertador, son las 6.01 del día siguiente.



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