Exposición de Agustina Fernández
Ubicaremos tres momentos históricos:
- El amor cortés.
Sus poetas, los trovadores y el tributo a la Dama.
Surge en plena Edad Media, un mundo regido
por costumbres bárbaras, donde la mujer tenía lugar en tanto bien de intercambio
social. Lacan ilustra la posición de la mujer en la sociedad feudal en su Seminario
VII, a partir del relato de la historia de la condesa de comminges, hija de
G de Mompellier.
En contradicción con su época histórica, el amor cortés en tanto convención social
y literaria, muestra una concepción idealista del amor. Un
amor refinado, sublime, que excluye el goce sexual. Se diferencia por contraste
del amor villano que es supuestamente cópula y procreación.
Su erótica violentaba las formas sociales constituidas,
entre ellas el matrimonio Los Señores Feudales utilizaban al matrimonio como
negocio para anexar tierras, heredarlas, etc. En "El amor y occidente" Denis
de Rougemont dice que el amor cortés nace como una reacción de la caballería
contra la anarquía brutal de las costumbres feudales.
Era un amor caballeresco y noble, afectó a
círculos de cortesanos y miembros de la nobleza, que ocupaban cierta posición
en la sociedad.
Los trovadores eran poetas y cantantes que residían en los palacios, en la corte. Crearon un nuevo género poético, la poesía cortés, escrita en lengua vulgar o romance y acompañada por música. Cantaban un amor ideal, noble y siempre desgraciado. El código de amor casi ritual era: mesura, servicio, proeza, larga espera, castidad, secreto y gracia. Los trovadores le cantaban su amor a una Dama, de quien muchos autores han observado parecían dirigirse a la misma persona.
La Dama se presenta como un objeto ambiguo, enigmático, despersonalizado. Lacan advierte que es un objeto enloquecedor, un partenaire inhumano. Jamás es calificada por sus virtudes reales, sabiduría, prudencia, pertinencia. Es arbitraria en sus exigencias, las pruebas de amor que impone y siempre dice no. Se asemeja a la cruela de los cuentos infantiles.
El caballero enamorado se convierte en su vasallo. Es inaccesible, una barrera la rodea y aísla, potencias maléficas lauzengiers, los celos, los maldicientes. Los rodeos y obstáculos se muestran como las técnicas de un amor interruptus, donde el sexo queda postergado sin fecha. El caballero corteja a la Dama pero no se trata de un juego de seducción al servicio de concretar el encuentro amoroso.
Se trata de un amor secreto y adúltero. La Dama es de origen cortesano,
generalmente casada con un noble o señor feudal. El poeta oculta el objeto de
su amor, sustituye su nombre por una palabra
clave Senhal o seudónimo poético.
El amor cortés al excluir el
encuentro amoroso atesora y oculta que la historia no se sostiene.
En Sobre la mas generalizada degradación de la vida amorosa, Freud
propone que: "… el valor psíquico de la necesidad de amor se hunde tan
pronto como se le vuelve holgado satisfacerse. Hace falta un obstáculo para
pulsionar a la libido hacia lo alto, y donde las resistencias naturales a la
satisfacción no bastaron, los hombres de todos los tiempos interpusieron unas
resistencias convencionales al goce del amor."
Los obstáculos que realzan el valor del objeto, a la vez, velan la
imposibilidad de alcanzarlo.
En su Seminario XX, Lacan se refiere al truco que supone: "Una
manera muy refinada de reemplazar la ausencia de relación sexual fingiendo que
somos nosotros quienes ponemos un obstáculo en su camino".
En "El acoso de las fantasías" Zizek, respecto de
esta dialéctica entre el deseo y la prohibición, propone que la dama del amor
cortés tiene el lugar del cortocircuito, donde el objeto de deseo coincide
magistralmente con aquello que impide alcanzarlo. En tal sentido, la prohibición
no sólo realza el valor del objeto impidiendo su acceso, sino que eleva el
objeto al nivel de la Cosa, del "agujero negro" alrededor del cual se
organiza el deseo.
Algunas mujeres también pueden consagrarse al servicio de una dama. Tal,
es el caso de la joven homosexual de Freud.
Breve referencia a Sobre la génesis de un caso de homosexualidad
femenina. Una adolescente que cambia su orientación sexual en esa época de
su vida. Se desinteresa repentinamente de un niño pequeño con quien mantenía un
fuerte lazo afectivo (en un rol materno según Freud) y se dedica a cortejar a
una mujer algo mayor que ella y de no buena reputación. Freud explica que esto
ocurre tras sufrir una decepción amorosa de su padre, quien le ha dado a su
madre un nuevo hijo (hermano de la joven), cuando la muchacha esperaba se lo hubiera
dado a ella. La joven en su comportamiento para con su Dama le demuestra a su padre
cómo se ama a una mujer, incluso llega a tirarse desde un puente de ferrocarril
cuando su amada se desentiende de ella. Este acto, ante los ojos de su padre
tomado de testigo.
- El preciosismo francés. Las preciosas, la literatura y la vida de salón. La Carte du tendre.
El preciosismo, movimiento social y cultural
que se ubica en la primera mitad
del siglo XVII.
Las Preciosas era mujeres ilustradas secretamente, en esa época el conocimiento les
estaba prohibido. Se reunían en salones literarios, tanto en París como
en provincias.
La Academia Francesa en sus comienzos fue un salón
de preciosos.
Las preciosas le dedicaban tertulias al amor, lo analizaban con
insistencia y minucia, estudiando su nacimiento y su progreso, también las
formas con él vinculadas: la rivalidad, los celos, los malentendidos, las
reconciliaciones, etc.
Proponían no entregarse al él de cualquier modo, separarlo de la
sensualidad y la pasión. Consideraban que la pasión alteraba el espíritu y, por
eso, el mérito consistía en amar
tiernamente a sus amantes. No se trataba de castidad por una cuestión moral
sino para darse valor. Consiguieron que se llamara preciosas a las damas que,
elevándose por encima de lo vulgar por sus costumbres, su saber estar y la
pureza del lenguaje, tenían el poder desde sus salones, de dar precio o valor a
todo aquello que aceptaban.
Promovieron que los hombres se comporten a la altura que ellas exijan, con
galantería y gesto para ganarse el aprecio, la admiración y el respeto de la
mujer.
Hablaban con preciosismos, valoraban la justesse del término, que se
diga con precisión lo que se quiere expresar. Enriquecieron la lengua con palabras
y frases.
Madeleine de Scudery, la Reina de las Preciosas, tuvo abierto su salón en la década del
auge del Preciosismo en París, de 1650 a 1660. Fue la primera mujer que entró
en La Academia francesa. Los testimonios acerca de su vida amorosa son
ambiguos, repudiaba militantemente el matrimonio, algunos dicen que se conservó
virgen durante los casi cien años que vivió.
Procede de la baja nobleza de provincias, quedo huérfana muy joven y
fue educada por un tío, recibiendo una instrucción muy sólida. Hablaba español
e italiano, leía griego y latino. Concluyo su formación frecuentando el salón
más conocido de París, "la habitación azul" de la Marquesa de
Rambouillet.
Durante los años en que su salón permaneció abierto publica su novela Clelia
que es leída por los concurrentes a las reuniones. Para entonces es ya la Reina
de las Preciosas y recibe visitas de extranjeros que quieren conocer el mundo
civilizado parisino.
El Mapa de la Ternura,
incluido en el primer volumen de Clelia, es una alegoría geográfica del camino que
conduce al verdadero amor. Representación topográfica donde el amante encuentre
el camino a su dama (desde la ciudad Nueva Amistad) entre muchas pruebas y
peligros (los mares de la Enemistad, el lago de la Indiferencia). Recorrido por
tres grandes ríos (Estima, Reconocimiento, Inclinación), sembrado de ciudades
(Estima Amorosa, Reconocimiento Amoroso, Inclinación Amorosa) y de aldeas
(Bellos Versos, Generosidad, Corazón Grande, Dulce Misiva,
Sensibilidad/Negligencia, Olvido, Perfidia, Orgullo).
El detalle de llamar Tierra Desconocida el punto de llegada del viaje
alegórico del Amor, un lugar común con La Dama de los trovadores, siempre
inalcanzable.
Las Preciosas proponen que la mujer debe ser amada de un modo
particular, dan lecciones a los hombres acerca del amor, del verdadero amor, de
cómo amar a una mujer y, a su vez, la sociedad, el público a quien se dirigen se
propone como testigo invisible.
- La tiranía
del tiempo, una marca de la época. El lazo
de amor y la sexualidad. Lo transitorio y la velocidad. La máquina, el
consumo.
En el último siglo
se ha operado una fuerte transformación de las relaciones sociales, cuyos
efectos aún vislumbramos. Consideremos al amor contemporáneo intrincado en
estas transformaciones epocales, con un incremento e imbricación de la
tecnología en la vida cotidiana.
Podemos ubicar en
la época dos dimensiones del tiempo en oposición y alternancia: el tiempo
acelerado que se presenta discursivamente como “no tengo tiempo” y el tiempo
detenido en la forma “me tomo el tiempo”.
Desde la sociología, la filosofía, el psicoanálisis y un
poco de literatura, algunas notas para pensar, interrogarnos
En Amor liquido,
Zygmunt Bauman propone que “el habitante de nuestra moderna sociedad líquida”
es un hombre sin vínculos. La modernidad líquida muestra “una extraña
fragilidad en los vínculos humanos”. Considera que las relaciones humanas se
han constituido en un tema en sí mismo y que ha sido ubicado en el centro de
atención. A su criterio, una relación significa el placer de la unión y, a la
vez, el horror del encierro. Actualmente se habla de conectarse, estar conectado,
más que de relacionarse, de redes en lugar de pareja. La pareja resalta el
compromiso mientras que la red es una matriz que conecta y desconecta a la vez,
donde conectarse y desconectarse es una elección, es de fácil acceso y salida.
Entiende que “cuando
se patina sobre hielo fino la salvación es la velocidad”, cuando la calidad del vínculo no da sostén, se busca
pasar veloz, seguir en movimiento.
Nos advierte que “la
definición romántica del amor hasta que la muerte nos separe ha pasado de moda.
Los estandares del amor hoy son más bajos. Hay abundancia y disponibilidad de
experiencias amorosas”. Podríamos preguntarnos si se trata de experiencias
amorosas, si se trata de experiencia sexual sin experiencia amorosa, si podemos
diferenciar la sexualidad del amor.
La cultura del
consumo es partidaria de los productos listos para uso inmediato, las
soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no
requieran de esfuerzos prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra
todo riesgo y las garantías de devolución del dinero. Desde esta lógica el
tiempo para el amor, para el rodeo es inútil, es pérdida. El amor implica una
demora de la satisfacción que es un sacrificio aborrecido en un mundo entregado
a la velocidad y la aceleración.
Argumenta, este
autor, que comprometerse en una relación a largo plazo es una espada de doble
filo. En la moderna era líquida las relaciones al igual que la adquisición y
cuidado de los bienes externos deben pesar sobre los hombros como un abrigo
ligero que puede dejarse de lado en cualquier momento.
En su conferencia
sobre “El amor y el psicoanálisis”, Alan Badieu sostiene que el amor es
una de las grandes pasiones de la existencia junto con la política. Es un tema
de contradicción entre la filosofía y el psicoanálisis. Para la filosofía el
amor es por la verdad. Para el psicoanálisis no hay amor por la verdad, éste se
interesa por la relación entre amor y deseo.
Parte de un lugar
común: el amor es una experiencia del dos, un paso del uno al dos. Clasifica las
teorías del amor a partir de la idea del pasaje del uno al dos y ubica tres
posiciones:
1. El dos es uno y
uno. La suma de dos soledades, es una ficción de una relación. El amor es un
engaño, una decepción, lo único real es la relación sexual. Tesis clásica, pesimista.
2. El dos se
convierte en uno. Amor como fusión, deshace la diferencia entre ambos sujetos. Teoría romántica, fusional.
3. El dos está
destinado al tres, el amor sobrepasa el uno y el dos. La creación de la
familia, el hijo como tercer término. Teoría
familiar reproductiva.
Somos los contemporáneos
de una transformación de las figuras sexuadas de la sociedad, tenemos otra
visión de la diferencia de los sexos, incluso de la diferencia, de la pareja. Las
tres concepciones descriptas están en crisis. Toma a A. Rimbaud “el amor debe
ser reinventado”.
Propone una cuarta
concepción: El amor es transformación del dos, es el pasaje de un dos pasivo a
un dos creador. Pasaje del uno a uno al dos. Ese pasaje comienza por un
acontecimiento. Dice: “todo amor es un encuentro y ese encuentro es el
acontecimiento inicial de todo amor, cuando alguien se enamora”. El encuentro
es un acontecimiento. Cuando el amor es declarado el dos entra en lo simbólico,
cuando es nombrado, es el nacimiento del dos en lo simbólico.
No tiene que ver
con la posición sexual. El amor es la experiencia de la diferencia en el mundo.
Experiencia prolongada, difícil y frágil. Lo que amenaza al amor es la
tentación del uno. El amor en su propia duración, no es un instante
maravilloso, no es un comienzo seguido de una decepción, es una construcción en
el tiempo. Es la invención de la temporalidad del dos. Toda esa experiencia
fracasa cuando el dos vuelve a caer en el uno y uno. El amor es una exigencia
porque es duración. La crisis del amor es cuando se desajusta la temporalidad
amorosa.
En “La maldición
sobre el sexo. Amores sin modelos”, Collettte Soler sostiene el discurso
actual tiene la característica de no cubrir más la hiancia de la relación sexual.
A pesar del universal de la no relación sexual, según las épocas, el discurso responde
a esa hiancia cubriéndola o no.
En nuestro siglo el
matrimonio como lazo social tiene
como razón de ser el amor, lo cual constituye una novedad, los así llamados matrimonios por amor
son bastante recientes en la historia.
Según la autora, las
figuras del amor en nuestro siglo han decaído, ya no tenemos mitos del amor, amores
míticos paradigmáticos, que se produjeron en el pasado
- el amor
homosexual a la antigua que es un paradigma, una figura que une al hombre maduro
y el adolescente, una relación también educativa, pedagógica, iniciática.
- el amor cortés,
esa gran invención de la literatura de una época
- el amor precioso,
de las Preciosas, ambos aplazan el encuentro final.
Propongo sostener
la pregunta ¿por qué el siglo no es favorable a los mitos del amor? Aún
cuando la autora responda por un efecto de esquizofrenización. La ciencia y las
producciones de objetos de la técnica cautivan una parte de la libido, a la que
embaucan sin satisfacerla, y ocupan el lugar de la ausencia de relación, como
pobres paliativos. En la actualidad tenemos un mercado de imágenes en tanto status
de semblantes.
Ya no tenemos
paradigma del ideal del amor, tenemos amores en plural, amores sin modelos, algo nuevo en la historia.
En este contexto,
propongo leer algunos fragmentos de la novela “La lentitud” de Milan
Kundera, de las muchas líneas posibles que este texto nos ofrece generosamente,
puntuaría aquí, aquel diálogo imposible entre el caballero del S XVIII que
viaja en carruaje tirado por caballos y que se abandona a los recuerdos de
sensaciones, olores, imágenes de la noche de amor vivida, y el motociclista del
S XX fascinado y entregado al éxtasis de la velocidad de la máquina que lo
desconecta de la percepción de su propio cuerpo y la temporalidad, que se
propone olvidar lo antes posible.